lunes, 27 de mayo de 2013

Hijos bastardos de la globalización

El mundo últimamente va peor de lo normal, la crisis sacude a las grandes potencias y la estructura del Estado de Bienestar se tambalea como si de una botella sobre una mesa durante un terremoto se tratase. Desgraciadamente nuestros problemas nos impiden fijarnos en problemas a nivel mundial que son mucho peores que esta crisis, como puede ser el hambre o la sequía. No es que yo quiera restarle importancia a los problemas de nuestras casas pero si es cierto que nuestros problemas si los ponemos en una balanza y los comparamos con las calamidades que sufren las personas mas necesitadas de este mundo, los cuales forman mas de la mitad de la población mundial, nuestros problemas no son para nada importantes.
Ahora bien ¿cuales son los problemas que sufre esta gente? Pues entre muchos otros hambre,sed,SIDA,ébola,hepatitis,... Mientras nosotros tiramos la comida y derrochamos el agua, otros ni comen ni beben.
Aparentemente diría que tenemos un serio problema, pero el mayor problema es que no somos conscientes o no queremos ser conscientes del problema. Todo lo que se escape de nuestras narices mientras nos vaya bien, no es algo que nos preocupe lo mas mínimo. Ahora el discurso es que cuando se acabe el paro en nuestros países y nos recuperemos de la crisis podremos empezar a ayudar a esta pobre gente, pero desgraciadamente la crisis esta va a estar tocando las narices durante largo tiempo, tiempo durante el cual los pobre son mas pobres y los ricos también son mas pobres.
¿Quien se lleva este dinero? ¿Por que existen países en esta situación? ¿Que se podría hacer?

  • El dinero no queda claro quien se lo lleva
  • Estos países existen por dos motivos básicos y principales: su situación histórica y su situación política en cuanto a corrupción y continuo endeudamiento por guerras,desastres naturales,...
  • La solución tampoco se ve clara, yo optaría por quitar sus clases dirigentes y poner gente preparada ademas de proporcionarles ayuda económica y social.

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